tú.

Tú, nadie más que tú, para hacerme sentir verdaderas mariposas en mi interior. Cada vez que no estás, te echo de menos, y eso, querido amor, me hace quererte más. Pasaría las horas muertas a tu lado, mirándote. Abrazándote, o hablando de miles de tonterías que no importanta nada, pero que nos hacen tener una excusa para vernos... para hablar... para querernos. Eres tú querido amor, quién me hace ser feliz.
Que estoy mal, ahí estás tú para alegrarme, y sacarme esa sonrisa que aveces olvido por completo. Eres capaz de desafiar al mundo entero por verme feliz, y eso amor mío, ya me es suficiente. Tal vez nuestra historia no sea la más bonita del mundo, no es como esas telenovelas, ni esas peliculas de amor de Hollywood. Pero es que yo no quiero que lo sea. Yo lo que quiero es que sea nuestra historia, la de nosotros dos. Juntos.
Mira cuán enamorada debo de estar de ti, que es imposible encontrarte defectos. Todo lo que venga de tu mano amor, para mi es perfecto. Miles de veces me dices lo guapa que soy, o lo especialmente radiante que estoy hoy, pero sabiendo que mientes. ¿Cómo iba yo a compararme contigo? Si todo lo que tocas, se combierte en alegría, y felicidad. Por ejemplo, yo.
Adoro tu besos, y me perdería en tus abrazos mil veces si fuese necesario, para nunca más salir, y quedarme atrapada en tus brazos. Adoro tus tonterías y tus bobadas, tus lloros y tus enfados, y hasta cuando tengo que andar detrás de ti, para que te afeites esa barba. Eres perfecto para mi.
Y me desespero por no poder llevarte al cielo, o traerte todas las estrellas, porque te lo mereces. Olviemos las cosas pasadas, que nos hicieron estar mal. Y vivamos el presente amor, nuestro presente. El que nosotros dos podamos formar.
Y recuerda aquel día, el principio de todo.
                                                      

Me embrujó el poder besarte.